
Vengan a mí los sedientos
Y los que sufren dice el señor
Vengan a mi con sus penas
Con sus dolores
Yo soy su Dios
Yo soy el agua de vida
Y los que me tomen jamás tendrán sed
Yo soy el Dios del consuelo
Y a quienes me busquen yo consolaré
Vengan a mí con sus yerros
Que sus pecados yo perdonaré
Vengan a mí humildemente
Y mi misericordia yo les mostraré
Yo tomaré su pecado
Y en el hondo oceano lo sepultaré
Y más blanca que la nieve
Su alma radiante yo la dejaré
Yo soy el agua de vida
Y los que me tomen jamás tendrán sed
Yo soy el Dios del consuelo
Y a quienes me busquen
Yo consolaré