
Oí por fin una gran voz:
“¡Ya Dios ha puesto su tienda con la_humanidad,
y quitará todo dolor;
no_habrá más llanto, ni pena, ni muerte, por la_eternidad!”
{ ¡Aleluya, / ale↘lu↗ya!
¡Ha llegado / el Reino de nuestro Se↗ñor!
¡Dios del poder, Dios de↘l a↗mor,
tú mereces la / honra_y la gloria por siempre jamás! } (2)
