
Jerusalén de o↗ro, / ¡oh patria celestial!,
al contemplar tu glo↗ria, mi_anhelo crece más;
ni / ojo vio, ni_oído_oyó / el gozo que_eres tú,
la gloria_y la grandeza, tu_incomparable luz.
Oh Sión, en tus mura↗llas los mártires están;
la multitud te_acla↗ma con gloria_y majestad.
El Rey está con ellos, no_hay pena ni dolor;
con júbilo contemplan tu paz y tu / amor.
¡Oh trono real de Da↗vid, escucha la canción
de_aquellos que triunfa↗ron en la tribulación!
Vestidos van de blanco, / acaban de vencer;
con gritos de_alegría / exaltan a su Rey.
¡Oh bendita mora↗da! ¿Yo cuándo te veré?
¿Y cuándo, ciudad sa↗nta, tu gracia_alcanzaré?
Exulta, / alma mía, tu_herencia_es tu Señor,
y tú serás por siempre su_eterna posesión.
Exulta, / alma mía, tu_herencia_es tu Señor,
y tú serás por siempre su_eterna posesión.