M,L: a.d., Antífona litúrgica por San Bernardo de Claraval (s. XIII) (adap.)
Salve, Regina, madre de misericordia,
vida_y dulzura,_esperanza nue↗stra↘;
¡salve, salve, Regina!
A ti lla↘mamos los desterrado↘s hijos de / Eva;
a ti suspiramos, gimiendo / en este valle de lágrimas.
Abogada nuestra, vuelve_a nosotros tus ojos;
muéstranos tras este destierro
el fruto de tu vientre, Jesús.
Salve, Regina, madre de misericordia;
oh clemente,_oh pía,_oh dulce Vi↘rgen María.
¡Salve, Regina!
¡Salve, Regina, sa↗lve, sa↗lve!